¿Qué es una placenta acreta o placenta con adherencia anormal?
Se denomina placenta con adherencia anormal a aquella que se ha fijado al músculo uterino de manera firme, impidiendo su expulsión normal, luego del parto o cesárea.
¿Es común este tipo de placenta?
Hasta 1960, eran contados los casos reportados pero, con el incremento de las tasas de cesárea, esta entidad se ha vuelto cada vez más frecuente.
¿Cuál es el peligro que implica este tipo de placenta?
El peligro más común es la hemorragia materna. Dado el elevado flujo uterino a la placenta, este tipo de hemorragia suele ser grave y, de no ser tratada de manera eficiente e inmediata, puede implicar riesgo de vida.
¿Resuelve siempre la extirpación del útero este tipo de sangrado?
Si bien la extirpación del útero (histerectomía) es el tratamiento más usado para este trastorno, no siempre resuelve la hemorragia, debido a que pueden existir otros órganos comprometidos y a que, durante la extirpación uterina, puede alterarse seriamente la coagulación materna.
¿Es lo mismo una placenta acreta, increta o percreta?
Si bien pueden coexistir, los términos indican el grado de penetración placentaria en el músculo uterino o fuera de él. La placenta percreta presenta el mayor grado de penetración o de invasión placentaria.
¿Por qué yo tengo este tipo de placenta adherente?
Este tipo de placenta reconoce como principal factor de riesgo la cirugía previa uterina, de ellas, la más común es la cesárea y, en especial, la cesárea reiterada. Otro factor de riesgo consiste en los abortos o legrados evacuadores del útero.
¿Cómo sé si tengo una placenta adherente, acreta o percreta?
El obstetra es quien tendrá la primera sospecha en caso de placentas previas o anteriores en mujeres que han tenido ya una cesárea. En estos casos, debe ponerse especial atención para solicitar otros métodos confirmatorios.
Yo tengo una placenta previa con cesáreas anteriores y mi ecografía no indicó nada en particular, ¿puedo quedarme tranquila?
La ecografía realizada para el diagnóstico de placentación adherente debe ser realizada por una persona habituada a reconocer los signos propios de esta patología. De lo contrario, esta entidad puede pasar completamente inadvertida.
¿La resonancia magnética es mejor que la ecografía para realizar el diagnóstico de placenta con adherencia anormal?
No, la ecografía realizada por un operador con experiencia tiene, para placenta adherente, casi un 90% de exactitud diagnóstica. La resonancia establece el lugar de invasión, la posibilidad de eventos intraquirúrgicos y la de conservación uterina.
¿Existe algún peligro para el bebé si me realizo una resonancia magnética?
Ninguno, no hay ningún daño ni peligro potencial para el bebé.
Si tengo este tipo de placenta, ¿debe ser adelantada la cesárea?
Depende del grado de invasión y de ciertos factores clínico-obstétricos, pero habitualmente se realizará desde las semanas 35 a 38 del embarazo.
¿Cuáles son las alternativas de tratamiento para esta adherencia anormal?
Existen básicamente dos tipos de cirugías: por un lado, la cirugía que extirpa el útero y, por otro lado, los procedimientos de conservación uterina.
¿En qué consisten los procedimientos de conservación uterina?
Los procedimientos de conservación permiten extraer el niño preservando el útero, si se desea para futuros embarazos. Con nuestro equipo, se procede a extraer la placenta, el tejido enfermo y se repara el útero en un solo acto quirúrgico.
En caso de realizarse un tratamiento conservador, ¿es posible tener un futuro embarazo sin tener el riesgo de una nueva adherencia anormal?
En Europa, suelen utilizar el tratamiento que consiste en dejar la placenta en su lugar, esperando su reabsorción en semanas o en meses, sin embargo, este procedimiento tiene un alto índice de recurrencia en los embarazos siguientes. En cambio, en nuestro grupo se reseca el tejido enfermo y se reconstruye el útero. De tal manera, la recurrencia no se produce. Hasta la fecha, se han realizado 39 cesáreas sin complicaciones en embarazos posteriores a reconstrucciones por placentas percretas.
¿Qué es la embolización uterina?, ¿este procedimiento puede resolver mi caso?
La embolización uterina es la oclusión de las arterias que irrigan al útero a través de un catéter de 1 a 2 mm colocado por punción de la arteria de la ingle. Tiene por objeto reducir el sangrado en este tipo de placentación anómala, así como en otras hemorragias obstétricas. Es un tratamiento auxiliar, ya que sólo trata un componente del problema: la hemorragia. Existen dos modalidades de trabajo: una consiste en colocar los catéteres una hora antes de la cirugía en el servicio de radiología y otra, en utilizarla en los casos en los que no se ha podido cohibir la hemorragia de manera eficiente.
¿Es muy largo el posoperatorio en caso de cirugía en un solo tiempo?
No, existe una serie de controles durante las primeras 24/48 hs que están relacionados con las modificaciones de la coagulación, así como un plan especial de analgesia posoperatoria. El período posoperatorio suele ser similar al de una cesárea normal.